miércoles, 11 de julio de 2007

"Pero me ayuda mucho en casa..."

En noviembre se casa una de mis mejores amigas de la universidad. Nos dió la gran noticia ayer y, por supuesto, nos alegramos mucho por ella. Quiere tener hijos en cuanto pueda y prefiere estar casada cuando se quede embarazada. La verdad es que le ha costado un poquito convencer a su novio de dar ese paso porque él era un poco reacio y, a pesar de que llevan unos años viviendo juntos, el matrimonio le parecía demasiado compromiso (¿¿??).

Estuvimos comentando lo inmaduros que son algunos hombres en ese aspecto y riéndonos de su terror por firmar un papel, que en teoría es lo único que va a cambiar en su vida puesto que el problema de la convivencia ya lo tienen resuelto. Y entonces mi amiga pronunció una frase que me suele sacar de mis casillas: "Pero me ayuda mucho en casa".

¡¡¿¿Ayuda??!! Uff, no puedo con esa palabra en el contexto de las tareas del hogar. "Me ayuda" significa que la responsabilidad es de ella y él es tan bueno, tan magnánimo y tan maravilloso que se digna a pasar el aspirador y poco más.

Mi amiga tiene 30 años, trabaja desde que terminó la carrera, apenas ha estado desempleada en ese tiempo y llega a la misma hora que él a su casa. Sin embargo, los fines de semana él se va a jugar al padel y ella se queda en casa quitando el polvo y poniendo lavadoras. Y ella lo lleva con resignación, en vez de plantarse y dejar que se planche él las camisas si quiere ir decentemente vestido a trabajar (entre otras cosas).

Por desgracia, no es el único caso que conozco. Otras amigas y compañeras de trabajo están en la misma situación. Se quejan, pero no ponen coto a lo que a mí me parece un abuso de confianza. No dejará de sorprenderme que mujeres jóvenes que se consideran modernas sigan cayendo en la trampa del "es que no sé hacerlo", "es que tú lo haces más rápido", "es que me da asco limpiar el baño". ¡Toma, y yo nací sabiendo!

17 comentarios:

Adivagar dijo...

Pues espera a que tengan hijos. Entonces encima se enfadará porque ella no tiene tienpo para nada y está tan cansada que no quiere tema.

Si es que los hombres somos... Tengo que decir que en mi casa tenemos las labores equitativamente repartidas. Yo no podré darle el pecho, pero sí el biberón.

Un beso

Níniel Nielisse dijo...

A mí también se me llevan los demonios... o, más bien, se me llevaban: hace ya unos pocos meses contratamos a una señora que viene a casa a planchar y limpiarlo todo ;) 40€ semanales y una gran carga que nos hemos quitado de encima, porque era bronca tras bronca con el temita de la limpieza...

fustigador dijo...

Bueno, es el problema de la cultura machista del pais, y la excesiva tolerancia que teneis con nosotros las mujeres.

Digamos que todos podemos lavar, barrer y planchar, y la responsabilidad del hogar es tanto del hombre como de la mujer.

Yo particularmente vivo solo, asi que tengo ese problema solucionado, si no lo hago yo no lo hace nadie :-)

Maripuchi dijo...

He de reconocer que he tenido suerte con los hombres con los que he convivido. Nunca me han hecho falta "charlas" de ningún tipo.
Cada uno hace las cosas según sus preferencias (a mí no me importa poner lavadoras, tender ropa ... y a él no le importa fregar o recoger cacharros), plancha y limpieza a pachas ... Faltaría más.
Con los niños igual. Marido se levanta de noche incluso más veces que yo. Cambia pañales, va al pediatra, se queda en el hospital ...

Yo tampoco puedo soportar esas frases, Scout. Me has dao en el bebe.

Anónimo dijo...

Y es que todavía arrastramos muchísimo machismo en este bendito país. Y, oye, las mujeres (como tu amiga) tampoco sois del todo inocentes. Solo hay que ver las caras de las marujas que me dan la vez en las pescadería.

Os dejo que tengo que planchar.

P.D. ¿Quién no recuerda aquellas "gloriosas" canciones de los payasos de la tele? "...pero no pudo jugar porque tenía que planchar. Así, planchaba, así, así". (Tú no Scout que eres muy baby para recordar estas batallitas)

animalpolítico dijo...

Tíenes muchísima razón. En cualquier caso esto es un problema social, que mantiene a unas como víctimas y a otros como privilegiados. Pero es un problema de educación en el que han participado muchas veces las madres, a veces más machistas incluso que los padres. Entre otras cosas porque una de las manifestaciones del machismo es que quien educa es la madre...

Los que lo entendemos tratamos de evitarlo. Pero a mi generación aún nos pilló algo a medias. Yo preparo la cena, el desayuno, me ocupo de compras, de llevar y traer al niño, etc. Pero ella cocina más y mejor que yo, y tiene una sensibilidad de la que carezco para darse cuenta de que hay que cambiar las sábanas o de que se nos ha acabado la leche...

Mea culpa...

Scout Finch dijo...

Adivagar, justamente es lo que pienso yo y lo que también estoy viendo en otras amigas y conocidas. Algunas trabajan, cuidan de los hijos y de la casa y encima tienen que sacrificar su posible carrera profesional.

Marta, enhorabuena por la solución salomónica a la cuestión (ni tú ni yo, que lo haga la asistenta, je je). El problema está cuando no te puedes permitir ese lujo o no quieres que nadie entre a limpiar a tu casa.

Fustigador, yo creo que el machismo, entendido como la consideración de la superioridad del hombre sobre la mujer, está en vías de extinción. Me da la impresión de que todos esos novios, maridos y parejas que se niegan o intentan escaquearse de las tareas de la casa lo hacen más por vaguería que por considerar que es obligación exclusiva de la mujer. Eso sí, está claro que son las mujeres las que se dejan, o sea que el problema es de los dos: el uno porque no lo hace y la otra porque no le presiona lo suficiente y se deja manipular.

Mari, qué suerte has tenido. Bueno, yo seguramente también vaya a ser igual de afortunada, pero como todavía estoy en casa de mis papis no puedo poner la mano en el fuego, je je.

Fogars, me alegro de ver que has vuelto con tanta fuerza. En la entrada me refiero sobre todo a las parejas jóvenes, las de mi generación, en concreto a las chicas, que se supone que son modernas y que no se rigen por códigos de conducta anticuados, y sin embargo siguen dejando que las engañen para llevar el mayor peso de la responsabilidad de la casa. Por supuesto, la culpa es de ambos. (¿No sabías que Miliki había sacado una nueva versión más feminista de esa canción? "Lunes antes de almorzar/ un marido fue a correr/ pero no pudo correr/ porque tenia que planchar/ así planchaba así, así..." Es la que le pone mi cuñada a mi sobrinito para que se vaya acostumbrando, je je)

Animal, yo no quería que os sintiéseis culpables, no entones el mea culpa. Sólo quería resaltar el hecho de que todavía algunas mujeres no se defienden de ese abuso de confianza, precisamente creo que porque, en el fondo, no han logrado desprenderse del todo de esa educación machista que han recibido y siguen considerando que la responsabilidad es suya. Todavía hay que seguir luchando. (Lo de la ropa sucia yo tampoco lo veo muy claro, no te creas...)

Besos a todos y todas.

;-)

Maripuchi dijo...

Ahora, le doy la razón a Animal.
Es cierto que mi marido colabora con todas las tareas del hogar (ahora mismo, sin ir más lejos, está bañando a la niña) ... pero la "sensibilidad" para cambiar las sábanas, para darse cuenta que las pastillas del niño se están acabando y hay que ir por una receta o cosas similares, la tengo yo ...
De todas maneras, hay cosas que llevamos grabadas a fuego en los genes y creo que es difícil cambiarlas. No hablo de comportamientos aprendidos, es algo más ancestral.
Nosotras estamos preparadas para criar hijos. Nuestros genes son así y los masculinos no...

Scout Finch dijo...

Uy, Mari, pues a mí eso de los genes no me convence. Una cosa es que tengas cierto instinto maternal, (que no estoy muy segura yo de que exista) y otra cosa es que estés más pendiente de ciertas necesidades que tu marido. Yo creo que es algo cultural y aprendido, que no quiere decir que tu madre te lo haya enseñado sino que tu cultura, sutilmente, te lo ha inculcado. Y eso es complicado de superar y muchas veces incluso es complicado que lo notes siquiera.

Cuando dentro de unos años, cuando los enanillos sean mayores y tengas más tiempo para ti y puedas leer cuando te apetezca, te recomendaría que te leyeses un libro muy revelador de Marvin Harris: "Nuestra especie". A mí me abrió los ojos.

Besos, guapi.

Maripuchi dijo...

Las mujeres tenemos una herencia genética distinta a los hombres.
El instinto maternal existe. Otra cosa es que todas las mujeres lo tengan.
También tenemos un sexto sentido para todo lo relacionado con los hijos y sí es un sexto sentido. Recién parida, era capaz de distinguir el llanto de mi hijo en el nido de entre el resto de los bebés. Mi marido no. Es algo innato. Esas cosas no se aprenden.

NáN dijo...

Las cosas creo que no son tan fáciles. Como ella pasa fuera de España 4 o 5 meses al año, desde que el niño tuvo año y medio me quedaba yo con él (en verano, mes y medio de escaqueo para dejarlo con los abuelitos) 3 o 3 meses y medio. Sin llorar (ni él ni yo). Jó, las tías que crían solas a un niño o niña, trabajando y cuidando, las admiro (tíos no suele haber), porque yo estaba deseando que volviera para ponerlo un par de días en sus manos: hacerlo todo, trabajar, cuidar, jugar y escuchar lo que te cuentan de la guardería, sin compartir entre dos, es duro duro duro.

¿Por qué lo hice? Porque tocó. No hay mérito en mojarte cuando llueve si estás en mitad del campo.

Ahora bien, no plancho porque me da exactamente lo mismo llevar algo arrugado: no es un truco, es real. Si no quiere salir conmigo así, o que vaya al trabajo así, me lo quita y lo plancha. Cuando no está, voy como sea.

No quiero poner muchos ejemplos: lo que quiero decir es que incluso teniendo una comprensión clara y meridiana de que las cosas se comparten (no vas a ayudar a otro en lo que es tuyo), el que tiene una visión más extrema de algo "apechuga" con las consecuencias.

Mi capacidad para el orden y la limpieza es menor porque, sin ser "guarro", no necesito tanto el uno o la otra. A cambio (todo es trueque), soy incapaz de poner un plato sin una guarnición bien hecha (¿un filete sin unas patatas bien cortadas, bien fritas en dos tiempos, etc.? ¡ni hablar!), así que en eso apechugo yo.

Conclusión o moralejina o lección a mostrar: una cosa es tener el concepto de "ayuda" (vaya morro) y otra tener que hacer el 50% de todo. Nosotros optimizamos de acuerdo con nuestras capacidades. (Hay casos, claro, de enfrentamiento: los dos afirmamos hacer mejor la salsa de tomate y la carne guisada, cuando en realidad soy yo el que las hace realmente bien).
Ah, y además de eso, una asistenta 3 o 4 horas un día a la semana, si se son dos personas, trabajan las dos y es posible permitírselo, es genial. (Lo mismo que llamar a un fontanero, electricista, ...).

Anónimo dijo...

Nan, eres un ejemplo. Te aplaudiría pero tengo que terminar de hacer unas doradas al horno (te juro que no es coña).

Con el tiempo, lo tuyo y lo mío no será anormal.

Maripuchi dijo...

Hablando del 50% de todo, yo conocí a un chico cuya novia hacía la mitad de la cama, fregaba sólo sus cacharros, hacía sólo su comida ...

Le tuvo así bastante tiempo. Él era de los que "ayudaba"...

No sé en qué acabaría la cosa... pero él lo contaba como un chiste...

Scout Finch dijo...

No sé, Mari, no estoy yo muy convencida. A mis amigas y a mi cuñada les costó bastante adaptarse a la dinámica de sus bebés y, aunque adoran a sus hijos, al principio lo pasaron muy mal precisamente porque esperaban que las cosas fuesen más fáciles por eso del instinto.

De todas maneras, y puesto que yo no tengo hijos y es posible que no los tenga jamás, no puedo hablar por propia experiencia.

(Vaya historia la de tu conocido. Lo de mis cuñados es casi peor. Como él no hacía nada, ella decidió que tampoco iba a esforzarse y limpiar lo que él no quería, así que hubo una época en que ir a su casa daba un poquito de reparo. Ahora, con el enano, no les queda más remedio que repartirse, aunque ella sigue llevando el peso de todo)

Nán, la verdad es que, como tú señalas, lo del 50% es complicado porque, o haces la mitad de todo como en el caso que cuenta Maripuchi (lo que es absurdo, excepto si quieres darle una lección a alguien), o siempre alguno de los dos, en algún momento, llevará un poco más de carga.

(Así que eres un cocinillas...)

NáN dijo...

Platos sencillos de los de toda la vida, como ves.
Fogarsconnection, nada de ejemplares: ya que hay que sobrevivir, que la comida sea aceptable, ¿no?. Ten en cuenta que salí de casa con unos 18 años y un libro de recetas de la Sección Femenina en el bolsón, de los que te decía "Ponga la sartén al fuego", y te explicaba la diferencia entre sartén y cazuela.
Si no os suena lo de Sección Femenina, podéis seguir viviendo igual sin conocerlo.

Maripuchi dijo...

Fantástico libro, nan.
A mí me lo regaló mi madre cuando me independicé ... El mismo que ella tenía, pero la edición actualizada jajaja
Minutas de primavera, de verano ...

Es un libro buenísimo de recetas.

fustigador dijo...

Creo que en las ediciones actualizadas ya no pone lo de la seccion femenina. Es un gran libro de cocina.