IPCC
Ya habréis leído noticias sobre el impacto que el cambio climático va a tener en nuestras vidas dentro de poco. Pues bien, no quiero ser catastrofista, pero se nos viene una buena encima y los gobernantes (los nuestros y los de otros países) no parecen muy dispuestos a hacer demasiado. Os copio esta entrada del blog de "El Mundo" sobre ecología, que me ha parecido muy reveladora.
El derrotismo frente al informe de Impactos del IPCC
Antonio Ruiz de Elvira
Durante la Semana Santa el IPCC [Intergovernmental Panel on Climate Change o Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático] hizo público su informe sobre impactos, en una versión aguada debido a las presiones de EEUU y otros grandes emisores de CO2, o generadores de emisiones, como los países de la OPEC.
Ayer se expuso en el MMA la parte de ese informe que corresponde a España. No es nuevo, y vengo diciendo exactamente lo mismo que el informe desde hace algunos años, en los blogs, en los periódicos, en las televisiones, en las conferencias.
Lo que sí es nuevo es el derrotismo del Ministerio en la exposición de ayer. Ya no se habla de parar el cambio climático, sino de adaptarse a sus efectos.
ESTO NO ES POSIBLE. NO ES POSIBLE ADAPTARSE.
El problema es que ayer se habló sólo de los efectos primarios del CC. Pero si no paramos el CC los efectos secundarios de los impactos primarios acabarán con nuestra civilización.
No es posible mantener la civilización actual sin agua. No es posible mantener la vida social española con las costas inundadas. No es posible mantener nuestra civilización frente a la presión de 200 millones de subsaharianos que se nos vendrán encima.
A mí se me acusa de catastrofista y de apocalíptico. Pero yo insisto una y otra vez que aún tenemos tiempo, si nos dejamos de las chorradas de Herri Batasuna, de ETA, de las chorradas de los estatutos de autonomía, de las chorradas mil en que está metido este gobierno y nos ponemos al tajo. Y el tajo es eliminar en veinte años el carbono de la producción de energía, y mientras tanto eliminar la emisión de CO2 al aire.
Se puede hacer. Hoy tenemos dinero, muchísimo dinero. El Banco de España tiene las arcas a rebosar. La situación me recuerda a la de mi abuelo: Tuvo que someterse a una operación quirúrgica cara, y aunque tenía dinero bastante en el banco, nos decía que ese dinero era "para una emergencia". Tenemos dinero, tenemos energía, tenemos tecnología. ¿A qué esperamos? ¿A una "emergencia"?
Si leemos los informes del comienzo de la segunda guerra mundial vemos que Francia fue derrotada en unas semanas, aunque tenía más aviones, más tanques y más soldados que Alemania. Le faltaban las ganas de luchar. Estos días se está proyectando una versión cruenta del gesto de Leónidas en las Termópilas. La película antigua era mucho mejor, pero ésta vale como ejemplo. 300 espartanos detuvieron al ejército de Jerjes lo suficiente como para convencer al pueblo griego de que podían vencerlo. Lo hicieron porque tenían la tecnología y las ganas de ganar. Y lo hicieron frente al derrotismo de la Asamblea espartana, pagada, casi con seguridad, por el mismo Jerjes.
Si tiramos la toalla perdemos seguro. Pero sabemos que podemos ganar, y a pesar de que algunos economistas nos digan que luchar contra el cambio climático es "sacrificar el bienestar", la realidad es la contraria: poner en marcha una economía descarbonizada es entrar en una revolución industrial, una revolución que nos traerá, junto con la desaparición de la amenaza de cambio climático, una nueva etapa de prosperidad. Como todas las revoluciones, fastidiará a algunos, sacrificará el "bienestar" de algunos, pero mejorará substancialmente la vida de todos, incluidos esos "algunos".
Estamos, como los espartanos, ante una encrucijada: Podemos ganar, como demostró Leónidas, o podemos perder 400 años de esfuerzos y entrar en miles de años de desastre global.
No podemos dudar de la elección a tomar.
Todos podemos hacer algo por salvar el medio ambiente, que es lo mismo que salvarnos a nosotros mismos.
5 comentarios:
No creo que la cosa tenga remedio a medio plazo. Si sobrevive la humanidad, será en plan película de ciencia-ficción. Lo dantesco será comprobar cómo se llega a la sangre, unos para defender aquello con lo que se hayan podido quedar, y los otros para intentar quitárselo...
Y que sepa usted que en mi blog tiene un pasalabola (también conocido como "meme").
Un saludo
Pues sí, don Antonio, la cosa pinta muy mal. Y más teniendo en cuenta que a muchos no les interesa cambiar las cosas.
Tomo nota del pasalabola-meme.
¡Buenos días por la mañana!
Estoy con don AF. Terminaremos tipo Blade Runner ... y si no, al tiempo ...
Abrazos.
Yo creo que la gente es pesimista cuando se para a pensarlo, pero el día a día de la gente no se ve alterado por el cambio climático. Cuando haya sincronía entre lo que pensamos y cómo actuamos, entonces se podrá hablar de futuro. Mientras, el presente es aterrador.
El problema es que de momento, aunque ya estamos notando los efectos, no nos parece nada especialmente grave. Y ya se sabe que la humanidad no se distingue especialmente por intentar resolver los problemas con miras a largo plazo.
Como comento en la entrada, todos podemos hacer algo y todos tenemos la responsabilidad de hacer algo. Nuestro futuro y el de nuestros hijos está en juego.
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