lunes, 5 de febrero de 2007

Más sobre la amistad

Todo esto de la amistad viene por un problema que tengo con alguien a quien ya no considero amigo. Es una antigua compañera de trabajo. Nos conocimos hace 4 años y desde el principio nos llevamos muy bien. Conectamos enseguida y compartimos muchas cosas que nos pasaron en ese tiempo, cosas muy importantes en la vida como la muerte de un ser muy querido para mí o su boda. Y siempre nos apoyamos. Tuvimos nuestras diferencias pero supimos superarlas.

Entonces ella decidió dejar el trabajo porque estaba muy agobiada por culpa de otra compañera. Además no veía ninguna posibilidad de progresar en nuestra empresa. Yo apoyé su decisión, aunque me daba mucha pena que se fuese porque sabía que su marcha cambiaría nuestra amistad: ya no nos veríamos tan a menudo ni nos contaríamos nuestras cosas de cada día. Para mí todo eso era muy importante y una de las razones por las que me gustaba tanto mi trabajo. Pero confiaba en que seguríamos siendo tan buenas amigas como lo habíamos sido hasta ese momento. Ella lo pasó muy mal, porque llevaba 5 años en la empresa y siempre había estado a gusto y le dolía tener que dejar el que había sido su primer trabajo.

El caso es que hace más de año y medio que se fue y en todo ese tiempo nos hemos visto dos veces y he tenido noticias suyas en pocas ocasiones más. Nos hemos mandado algún correo-e de vez en cuando y poco más. Ella siempre pone la excusa de que está muy liada, porque ha encontrado trabajo algo lejos de su casa, y no tiene tiempo de quedar. Hasta ahora, yo aceptaba sus excusas con tranquilidad porque sabía que era cierto, aunque me molestaba que no tuviese nunca ni un ratito para mí y que las dos veces que la había visto habíamos estado juntas menos de dos horas.

El problema empezó este verano. Fue mi cumpleaños, llamó para felicitarme y quedamos en vernos la semana siguiente para celebrarlo. Yo estaba muy contenta porque tenía ganas de que nos viésemos y además, como teníamos horario de verano, podríamos estar un poco más de tiempo juntas. Pero todo eso se fue al traste cuando me llamó poco después para decirme que no podía quedar porque tenía que ir con su madre a comprar la comida para la celebración del cumpleaños de su marido, que era la semana siguiente. La verdad es que eso me sentó fatal, porque habíamos quedado para comer y a ella le daba tiempo de sobra de comprar cuando llegase a casa sobre las 7. Pero bueno, me aguanté porque me prometió que me llamaría la semana siguiente para quedar.

Todavía estoy esperando. Desde julio del año pasado solamente he tenido noticias suyas a través de un mensaje de texto. Bueno, y esa es otra que no voy a contar aquí porque si no me eternizaría.

Yo tampoco la he llamado en todo este tiempo, porque fue ella la que dijo que se pondría en contacto conmigo para quedar. Seguramente estoy siendo muy cabezota, pero es porque me planteo si merece la pena que yo haga el esfuerzo de intentar mantener una amistad que está claro que a ella no le importa tanto como yo pensaba.

Y se acerca su cumpleaños, que es en marzo, y no sé qué hacer. Por una parte me da pena, pero por otra me da rabia. Así que pasa el tiempo y me importa cada vez menos perder esta amistad y a ella le debe importar poco más, porque le mandé una postal de felicitación por navidad y todavía estoy esperando noticias suyas.

Vaya parrafada.

2 comentarios:

Cinéfila dijo...

Juer, no soy quien de aconsejar a nadie, pero por lo que leo esa chica no merece la pena. Por lo que sea, desde que dejó el trabajo parece que desconectó de todo, es como si sólo le interesase tu amistad mientras estaba trabajando, como un apoyo o algo así. No sé yo de ti pasaba de ella, aunque no estaría mal que en su cumple le mandases un sms para demostrarle que se pierde a una gran amiga. Saludos Scout

Scout Finch dijo...

Eso mismo pienso yo, pero me da pena perder una amistad de tantos años. Además, a veces nos aturullamos y vemos las cosas muy negras y luego no es para tanto. Mi novio también me dice que pase de ella, aunque claro, él no es nada objetivo. Otras amigas me dicen que le dé una oportunidad, pero la verdad es que cada vez me apetece menos hacer ese esfuerzo.
Lo del mensaje de móvil es una buena idea: la felicito y quedo bien, pero no tengo que hablar con ella.
Saludos.