Serenidad

Cuando era adolescente pensaba en cómo sería mi vida cuando tuviese la edad que tengo ahora (no os la digo, je je, pero os doy una pista: no viví la dictadura por poco). Me imaginaba lo típico, casada, con hijos, con un trabajo estable... Justo lo que no ha ocurrido, aunque algunas de esas cosas de momento no las necesito (eso sí, lo del trabajo estable me encantaría).

Pero sobre todo creía que ser adulta significaría sabiduría y serenidad. Y eso tampoco lo tengo, de hecho me parece que estoy muy lejos de conseguirlo, sobre todo la serenidad. ¿Cómo afrontar el día serenamente cuando nos bombardean con la crispación y España que se rompe y Al Qaeda que amenaza y el euribor que sube y... ? Tal vez debería hacer yoga o meditación o taichi. O más bien debería hacer karate o boxeo o full contact (para descargar tensiones, no penséis mal). O mejor sería que dejase de leer los periódicos o de navegar por internet o de ver los telediarios. O tal vez deba aceptar que la serenidad es una virtud que nunca voy a tener y que muchas cosas me van seguir poniendo de mala leche cumpla 30, 50 ó 80.

Cuánto más sé de ciertas cosas menos quiero saber. ¿La ignorancia es la felicidad? Hay días que pienso que sí...