jueves, 13 de diciembre de 2007

Permiso de paternidad

Por desgracia, parece que los hombres empiezan a sufrir lo que las mujeres llevan años aguantando: que muchos empresarios se salten la ley a la torera, y avasallen a los trabajadores y trabajadoras en su afán de ahorrarse dinero y de dejar claro quién es el que manda.

En este nuestro querido país todos los días hay mujeres que son despedidas por quedarse embarazadas o tras volver de la baja maternal. Son despedidas por pedir la jornada reducida, por cogerse la hora de lactancia, por exigir sus derechos. Y ahora, esos mismos atropellos los empiezan a sufrir algunos hombres por reclamar lo que por ley es suyo. A muchos empresarios, la ley les da igual, porque saben que llevan las de ganar, que habrá gente que no les denuncie por miedo, o por hartazgo, por no meterse en más problemas.

Por desgracia, en este país, el trabajador sigue sufriendo la codicia del empresario.

Aclaración: Por supuesto, no quiero decir que todos los empresarios lo hagan, pero hay muchos que sí, más de los que imaginamos.

8 comentarios:

RGAlmazán dijo...

Pues sí, llevas toda la razón, querida Scout. Yo he conocido algunos y otros que les gustaría y no pueden. De cualquier forma, desgraciadamente, siempre tienen mucho más que perder las mujeres, también ahora.

Salud y República

Anónimo dijo...

jajaja, ¿no habrás puesto la aclaración por mí, eh? De todas formas lo primero que me viene a la mente al leerte no es el abuso empresarial en general, sino como las mujeres son siempre el eslabón más débil de la cadena. No me parece bien el atropello, pero sí que algún hombre lo empiece a sentir como dices.

pd. Truco: no hace falta una aclaración si redactas el texto de forma que sea un poco más abierto, p.e., "sigue sufriendo la codicia de muchos empresarios". Aparte de bromas, ese tono tajante, generalizador y absoluto, es lo que deja huecos en los argumentos de muchos bloggers políticos por donde se puede colar el contrario.

Scout Finch dijo...

Bienvenid@, ulrika-rules! :-D

Sí, lo sé, de hecho, he utilizado el "muchos" en todas las ocasiones, excepto en esa que señalas. De todas maneras, reconozco que en esto soy bastante tajante. He oído tantas historias de mujeres que han sido despedidas o han tenido que dejar sus trabajos por esas razones que a veces me resulta difícil ser objetiva en este tema.

(Por supuesto que he puesto la aclaración por ti, sabía que me ibas a pillar por ahí, jajajajaja).

Rfa. dijo...

Yo creo que el problema está en que muchos empresarios esperan de sus trabajadores un servicio completo, y cuando se les escaquean con todas las de la ley, suelen recurrir a viles venganzas. Una vez tuve un jefe que me castigó a trabajar en galeras durante meses porque le dije que me apetecía ir a clase, y que saldría un poco antes de la oficina. Casi acaba conmigo, el muy rencoroso.

NáN dijo...

Belén Gopegui venía a decir (sin decirlo) en uno de sus libros que hay empresarios buenos (que se arruinan y dejan de serlo), y buenos empresarios. Con respecto a estos decía, y esto sí que lo decía uno de sus personajes, que decir que "este empresario es malo" es inexacto porque presupone que los hay buenos.

Es el Sistema. Y hay lo que hay.

Cuanto más débil se sea, más se padece. Mujeres, viejos, muy jóvenes sin nada a lo que agarrarse, caídos en desgracia, no dispuestos a jorobar al compañero...

Pero no todo es tan blanco o tan negro como lo estoy pintando. Todo lo que nos une (a los de la lista anterior) nos da fuerza para resistir. Y aunque el poder político ya no es lo que era (¡joder, si es que me pongo a pensarlo y ya nada es lo que era!), entre un Gobierno que pone frenos y otro que ayuda a acelerar (privatiza, que algo se nos queda en los bolsillos), está la diferencia que nos da ese aire extra que tan bien nos viene.

Como decían dos personajas de una película de Woody Allen, "¡Qué malos son los canapés de estos cócteles!", "¡Y además tan escasos!", respondió la segunda.

Scout Finch dijo...

Rfa., bienvenido. Tienes razón, creo que muchos empresarios piensan que por pagarte un sueldo tienen derecho a exigirte una dedicación y un amor y apego a la empresa que la mayoría de los trabajadores no sienten. Tengo la impresión de que algunos incluso se sienten traicionados y actúan como tu dices por venganza.

Nán, no voy a decir que todos los empresarios sean malos. Yo estoy muy a gusto con mi empresa, aunque como todas tienes sus cosas, pero al menos sé que si alguna vez me quedo embarazada no me van a despedir, sino que se van a alegrar por mí. Pero es que en mi trabajo como orientadora laboral oigo todos los días tantas cosas malas de las empresas que me es imposible no pensar que estamos rodeados de jefes sin escrúpulos.

NáN dijo...

No digo que no, Scout. Yo mismo fui empresario, de una editorial, un empresario bueno (creo), y me arruiné brutalmente.

Y es que no se puede llamar empresario a "cualquier cosa". Pero un empresario mediano-grande es un tiburón que está en un mar de tiburones: su propia posición, dentro del Sistema, le obliga a ser un "buen empresario" rodeado de asesores neoliberales.

Entre los pequeños, hay de todo: depende de la competencia. Pero incluso entre ellos, la mayoría de las veces la "bondad" es un hándicap.

Luego está el tema del "poder", que no es un buen consejero. He visto alguna que otra vez a un empresario bueno convertirse en un buen empresario: un proceso poco edificante.

¡Ojalá te dure!

J. G Centeno dijo...

No es nuevo el tema, lo duro e ncomprensible es cuando el empresario discriminador es la propia administración. Cuando era mi hijo pequeño, acaba de cumplir trece años,y ante la imposibilidad de mi socia, madre del niño, de quedarse en casa por motivos laborales, con motivo de una leve enfermedad de mi criatura, tuve que llevárle yo al médico, y por tanto faltar a mi trabajo. Mi jefe de entonces, funcionario como yo, se puso hecho un fiera, argumentando que eso era tarea de mi mujer. Estamos hablando de un licenciado universitario con cargos de importancia en la administración, hoy trece años despues no creo que piense de otra forma.