Volviendo
Ya he vuelto. En realidad volví el lunes, pero he tenido tanto curro que apenas he podido conectarme. Menos mal que todavía es agosto...
Las vacaciones se me han hecho más cortas de lo habitual. La primera semana fue genial, días de paseos por Madrid, de tapas y cervecitas y de largas conversaciones. También estuvimos en Toledo, ciudad que adoro aunque odie sus cuestas. Hacía un par de años que no iba y reconozco que cuando llegué allí, me dí cuenta de lo mucho que lo había echado de menos. Algún día haré una entrada sobre ella.
Las otras dos semanas de vacaciones he estado muy tranquila, de visitas a la familia del pueblo y sobre todo al precioso de mi sobrino, que ya tiene cinco meses y está para comérselo. Pero se han pasado demasiado rápido, apenas me he enterado. Así es la vida, cuando empiezas a disfrutar de lo bueno, se acaba.
Esta semana estoy que no me centro, supongo que será porque todavía no me hago a la idea de que la semana que viene es septiembre, la vuelta al cole, el fin oficioso del verano. Todavía estoy volviendo a poner los pies en la tierra.
¡Vuelve, agosto!